lunes, 2 de abril de 2012

Natalia Otero: de inocente "Parchís" a la "villana" de una historia de amor

Actriz argentina conversó y contó qué fue lo que pasó la noche en la que la “ampayaron” con Miguel Arce y el porqué de su regresó al Perú luego de doce años La primera vez que vino al Perú, los “ampays” ya estaban de moda. Pero era 1998 y ella solo tenía 14 años de edad. “¿Ampay? ¿De dónde sale esa palabra exactamente?”, pregunta mientras caminamos hacia un parque en el centro de Miraflores, a donde llegó a inicios de marzo para pasar sus vacaciones de verano. Natalia Otero ya no es la adolescente que, junto a otros cuatro muchachos, integró por dos años el elenco de Parchís en el Perú; sin embargo, mantiene la vitalidad de antaño y la frescura para responder todo tipo de preguntas con desparpajo. El 27 de marzo difundieron unas imágenes suyas besando a Miguel Arce, el actual novio de Fiorella Cayo, y sus vacaciones se acabaron. “Cuando llegué a Lima nadie me llamaba y ahora resulta que todo el mundo quiere hablar conmigo”, dice. Luego asegura que es la primera vez que se ve envuelta en un escándalo y empieza a relatar lo que realmente pasó con Miguel, previo repaso por sus años de gloria en nuestro país. Tú saliste de un programa llamado “Los chicos vienen cantando Yo trabajaba en ese programa. La dinámica era la siguiente: un canal de televisión donde trabajaban solo chicos y las estrellas del canal eran un grupo llamado “Parchís”. Yo hacía de conductora en ese programa. Eso fue en el año 1996. Luego, una de las chicas, Valeria Díaz, se va de “Parchís” y me convocan a mí. ¿Habías hecho otros programas? No, “Los chicos vienen cantando” fue mi primer cásting. Yo nací en Necochea, que está a 600 kilómetros de Buenos Aires. Cuando me eligieron para el programa nos mudamos a la ciudad con toda la familia. Allí empezó todo. En esa época incluso me llamó Cris Morena para hacer “Chiquititas”, pero yo elegí “Parchís”. Cosas que uno hace. Al poco tiempo se dio la oportunidad de venir al Perú por un acuerdo que se hizo con América Televisión y explotó todo. Era una locura total. Rechazar a Cris Morena debe haber sido la peor decisión de tu vida Decisiones que uno toma. Quizá me hubiera ido mucho mejor allá si hacía Chiquititas [un exitoso programa infantil]. Pero las cosas pasan por algo y con Parchís no me fue mal tampoco. No, se quedaron acá por más de un año Íbamos y veníamos pero estuvimos por un buen tiempo. Trabajamos mucho. Grabábamos desde las 6 a.m. hasta las 9 p.m. porque había que grabar en dos meses capítulos para cuatro meses. Entonces, era trabajar, trabajar, trabajar, trabajar, dormir, trabajar, trabajar, trabajar, ensayar, trabajar, comer, dormir. Pero para nosotros era como un juego. Nos divertíamos. Fue una etapa muy linda. Después de dos temporadas, ya estábamos un poco grandes y se acabó. Volvieron a Argentina… Y seguí trabajando allá. Haciendo bolos en televisión, miniseries, unitarios, hice mucho teatro también. Estudié arte dramático en la Universidad del Salvador y estuve en series como “Romeo y Julieta”, “Mujeres asesinas”, “Pensionados”, “Conflictos y enredos”, “Historias de sexo de gente común”. Siempre he estado trabajando en eso. Hace un año más o menos también abrí una empresa de animación. Me va muy bien. No has venido acá a buscar trabajo, entonces Yo vine de vacaciones. Que ahora me esté pasando todo esto y quizás me surja trabajo, puede ser. Igual, tendría que ser algo muy copado para que me quede. En Argentina yo tengo mi vida. Nunca pensé en irme a radicar a otro país que no sea el mío. Es más, tengo pasaje de vuelta para el 4 de abril; aunque quizá lo cambie por Semana Santa. ¿No te ofrecieron quedarte en “Combate”? Ellos me invitaron para sorprender a Julián (Zucchi). Cuando empecé a ir más seguido a Combate, pensé en la posibilidad e entrar. De tanto ir uno se encariña con el programa. Si me invitasen otra vez, no diría que no. Si no pasa, no pasa. Tampoco es que me desespere por eso. ¿Cuáles son tus conclusiones de lo que pasó? Que en el Perú hay mucho machismo. Yo no tengo por qué saber o no saber si (Miguel) estaba con alguien o no. El que tenía que guardar un respeto era él. Él dice que tú te aprovechaste de la situación para hacerte publicidad Yo tenía una imagen ganada con “Parchís” y esto a mí no me beneficia en nada. Sí, ahora todos me quieren entrevistar, pero yo le he dicho a muchos que no, sobre todo a los que considero que no son serios. Si he aceptado algunas entrevistas es porque del otro lado siguen hablando y tampoco es que yo sea muda. Y tampoco fue tanto. Fue solo un besito, che. ¿Acá nadie se besa? ¿Es tan grave? ¿Has conversado con Miguel después de lo que pasó? Pff. Yo tuve la intención de charlar, eh. Porque el beso nos lo dimos los dos. Pero no hablamos, no me atendía el teléfono, tampoco me llamó. No sé por qué. Igual, él sabe más de cómo manejar estas cosas. Él es local, yo soy visitante. Yo no tengo amigos para que me defiendan. Si se hubiera besado con una chica de acá, seguramente ella lo podía hacer pelota. Pero por mí nadie sacará la cara. En “Combate” ninguno lo hizo porque todos son más amigos de él que míos. Allí salieron a decir que yo me le trepé. Por favor, ¿Miguel Arce es la virgen violada? Pero, bueno, son diferentes culturas, diferentes maneras de pensar. Acá están como en los ochenta. Yo no digo que lo nuestro sea mejor y lo suyo sea peor. Si yo me hubiera criado acá, golazo, pero yo me crié allá. Yo no le puse un revólver a nadie. Y cuando salgo a defenderme, dicen que me quiero colgar de su fama. Para mí él no es nadie. No es Brad Pitt, no es George Clooney, no trabaja en Hollywood, ¿o sí? ¿No te han llegado ofertas para trabajar en otros programas en estos días? Me han llamado para entrevistas y, si fuera mi intención aprovecharme de la situación, aceptaría y a los días estaría animando eventos, pero no quiero. No he estudiado cinco años en la facultad de arte dramático no hice diez años de teatro para hacer mediática como una vedetonga. ¿Qué fue lo que pasó ese día? Nos fuimos a una discoteca de música electrónica. Como a nadie le gusta la música electrónica, nos fuimos a otra discoteca. Todo en Miraflores. Luego nos fuimos a la casa de Julián. Estábamos arriba y Miguel decidió irse y quería hacerlo en su auto. Todos le decíamos que no lo haga, que se vaya en taxi. Cuando se ven las imágenes de él esperando fuera del departamento, no era que me estuviera esperando a mí, como Romeo a Julieta, lo que estaba haciendo era una chiquilinada: prendía la alarma para hacernos creer que se iba en el auto. Como yo también ya me iba, bajé y me aseguré de que se tome el taxi. Ese beso que se dan al despedirse no es un beso que alguien se da por primera vez No (risas). No es nuestro primer beso. Todo fue esa noche, pero ese no fue el primero beso, los demás no están registrados. Igual el beso grabado te costó el escándalo La han hecho tan grande que parece que fuera un beso con el dueño del canal. ¿Tienes algún proyecto pendiente en Argentina? Antes de venirme de vacaciones a Lima, terminé una temporada de teatro larga con la obra “La noche del dragón”. Eso fue diez días antes de venir. Ahora cuando vuelva veremos qué pasa. Por ahora no tengo nada, pero vamos a ver que sale.

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